- La mente es una máquina muy poderosa a la que le gusta meternos el pie de vez en cuando para recordarnos quién manda.
- Todos somos Alicia, sólo falta que reconozcamos al conejo blanco.
- No concibo otra forma de vivir que no sea ardiendo la existencia.
- Si un día en verdad me convierto en Alicia, llevaré herbicida para matar a todas esas florecitas molestas y al conejo que lo siga su madre.
Un fantasma
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Las sombras de la tarde trepaban por el techo de tu habitación como
enredaderas.
Verlas era perderse en un bosque que abrazaba y prometía frescura.
Tu cama...